El Aumento Del Gasto Energético Y El Control De La Industria Sobre Las IA Pueden Ser Un Grave Problema Si No Se Controlan.
Es innegable que el avance de la inteligencia artificial es el tema del momento en la industria tecnológica. Ya sea por el lanzamiento de GPT-4, el nuevo modelo de lenguaje que da vida a ChatGPT, o por las capacidades de herramientas como Midjourney, el foco sobre la IA y sus posibilidades es cada vez mayor. Por ello, expertos en este tipo de tecnología han pedido una pausa en el desarrollo de estas herramientas para garantizar la seguridad de la misma. De hecho, según detalla un reciente informe, la explotación de la inteligencia artificial ha pasado de estar ligada al ámbito académico a ser una pieza fundamental de las grandes empresas tecnológicas.
Tal y como recoge The Verge en una reciente noticia, los costes de desarrollo de la inteligencia artificial han aumentado considerablemente en el último lustro. Como ejemplo, señala que OpenAI invirtió 50.000 dólares en el entrenamiento de GPT-2, su modelo de lenguaje estrella de hace dos generaciones; sin embargo, para dar vida a PaLM, el LLM (otro modelo de lenguaje) personal de Google, la firma invirtió 8 millones de dólares en 2022. Esto, con los datos en la mano, significa que entrenar una inteligencia artificial es más de 150 veces más caro hoy que hace unos años. Y, por ello, en 2022 surgieron 32 modelos de aprendizaje automático de las investigaciones de la industria, una cifra muy superior a los 3 modelos de aprendizaje producidos por el mundo académico.
El control de las empresas es preocupante para los expertos en inteligencia artificial
Como apunta el portal norteamericano, que las compañías hayan recogido el testigo del sector académico es, como mínimo, preocupante. En poco más de un lustro, los proyectos basados en inteligencia artificial han aumentado tanto su ambición y sus posibilidades que la mayor parte de los mismos están firmados por empresas de la industria tecnológica. Sin embargo, firmas como Microsoft no han dudado a la hora de despedir a toda la división de ética de inteligencia artificial. Por ello, los expertos están preocupados por las posibles consecuencias que podría tener el crecimiento de la IA sin control, un aspecto que Elon Musk señaló en verano de 2017.
Así, que la industria haya tomado el control de la inteligencia artificial es un aspecto en el que tendrán que profundizar las distintas entidades gubernamentales. Según señala el informe que resume The Verge, hasta 127 países aumentaron el número de proyectos de ley que contienen la palabra “inteligencia artificial”. Con ello, esperan regularizar una tecnología que no para de crecer y, por consiguiente, de preocupar a todos los expertos relacionados con la misma. Sea como fuere, parece que la inteligencia artificial aún dará mucho que hablar a lo largo de 2023.