Los asesores de campaña han comenzado a experimentar con herramientas de IA de cara al 28-M. De momento, solo para crear ‘spots’ e imágenes más o menos virales. Pero el potencial para identificar y movilizar votantes está ahí.
Los candidatos a las elecciones del próximo 28-M, sus asesores políticos y consultores tienen un nuevo aliado (y enemigo) para rascar votos y cabrear a sus rivales, y no es cocinar encuestas electorales. Hablamos de la inteligencia artificial (IA). Nadie esperaba que fuera a ser así, pero nadie tampoco la vio venir como el rodillo tecnológico en el que se ha convertido en tiempo récord. Y solo acaba de empezar.
¿Necesita circular un deepfake comprometedor o escribir hojas enteras de un programa electoral? La IA promete cambiar las reglas del juego político y, de hecho, ya lo está haciendo. En palabras del consultor Carlos Guadián, su alunizaje en el mundo de la comunicación política “está potenciando y amplificando las capacidades de los equipos de campaña a un ritmo de vértigo. Los partidos que no las utilizan ya están perdiendo una ventaja enorme”.
Michael McLoughlin. Montain View (California)
Las IA generativas son programas informáticos que permiten crear imágenes, vídeos, canciones y escritos de todo tipo a partir de simples comandos de texto. Su promesa, en pocas palabras, es la de materializar todo aquello que podamos imaginar y explicar con nuestras propias palabras: desde un poema sobre una línea de metro a un Guernica pintado por Van Gogh.
El impacto de estas tecnologías amenaza con revolucionar el mundo de la desinformación. Su capacidad para generar imágenes falsas, vídeos manipulados o audios con voces clonadas es altamente peligrosa, avisan múltiples expertos. Sin embargo, cada vez más equipos de campaña se están acercando a ellas buscando el “factor sorpresa”. Las elecciones autonómicas y municipales del 28 de mayo serán el primer campo de pruebas.
En Comú Podem, la marca autonómica de los comunes en Cataluña, ha sido la primera candidatura en crear un spot de campaña con imágenes autogeneradas. “Ahora que todo el mundo habla de ello, le hemos querido preguntar a una inteligencia artificial cómo serán los pueblos y ciudades del futuro”, arranca el vídeo.
Este spot se apoya en el poder de Midjourney, un software que genera imágenes de alta calidad a partir de indicaciones escritas (los llamados promts). En él, los comunes contraponen dos visiones del futuro. A un lado, una Cataluña de los 15 minutos con servicios de cercanía y alquileres asequibles que ilustran fotografías de niños jugando en sus plazas y anchos paneles solares. Al otro, las caras más duras de la desigualdad, la contaminación y la crisis climática retratadas en diseños virtuales.
El vídeo cierra con una curiosa impugnación a ambos escenarios. Una doble negativa que cuestiona los horizontes utópicos en torno a la IA, poniendo los derechos sociales en el centro. “Nos hemos dado cuenta de que el futuro no lo decidirá ninguna máquina, no depende de la inteligencia artificial. Depende de la inteligencia colectiva. Solo depende de ti”, concluye.
Desde En Comú Podem explican a El Confidencial que “se dieron cuenta muy pronto de la importancia de este debate”. A su modo de ver, esta les pareció “una buena forma de acompañar las inquietudes que hay al respecto” y, a su vez, dar “un mensaje claro ante estas elecciones”. Frente al solucionismo tecnológico promulgado por multimillonarios como Elon Musk, una apuesta por la “inteligencia colectiva” de la gente común.
Este llamativo vídeo de campaña no es la única forma en la que los comunes se han adentrado en el mundo de la IA. El Ayuntamiento de Barcelona anunció en marzo la creación de un consejo asesor en IA pensado en “garantizar los derechos digitales de la ciudadanía”. Así mismo, fuentes internas del partido confirman que sistemas como GPT3 —capaces de generar textos enteros de cualquier tipo— son usados desde hace meses por parte de sus equipos técnicos en el Parlament de Cataluña.
“No es una herramienta que sustituya nuestro trabajo, pero sí nos lo está facilitando”, explica Blai Burgaya, profesional del equipo de discurso de los comunes. “Es sorprendentemente útil para optimizar muchos procesos en el día a día, y nos ayuda a organizar o reescribir muchas ideas”.
Burgaya concuerda con consultores de comunicación política como Carlos Guardián, quien afirma que “la cantidad de tareas que le podríamos asignar a estas herramientas solo depende de nuestra imaginación”. En otras ciudades españolas, como Granada, la versatilidad de la IA sirve para reemplazar el cartel de campaña tal y como lo conocemos. Allí, el socialista Paco Cuenca se presenta a su reelección con un cartel donde su rostro está generado artificialmente por la creatividad de un programa informático. “Buscábamos un revulsivo”, explica Jacobo Calvo, coordinador de la campaña. Para él, esta apuesta por la IA busca remarcar también una convicción política: hacer de la apuesta por el sector tecnológico y la ciencia pilares básicos en su proyecto de ciudad.
En las antípodas del espectro político, el uso de IA se abre paso también entre las filas de la extrema derecha. Por un lado, dirigentes y exdirigentes de Vox como Iván Espinosa de los Monteros y Macarena Olona llevan meses usando autorretratos hechos con IA como avatares de Twitter. Por el otro, tanto simpatizantes anónimos como asesores del partido han utilizado estas tecnologías a la hora de fabricar memes de nuevo cuño, donde la edición de imágenes es reemplazada por su generación artificial. Destacan entre ellos un reconocido tuitero contratado por los equipos de comunicación de Vox y conocido como Españabola, acusado de difundir propaganda neonazi a través de grupos y canales de Telegram y de acosar periodistas y cargos públicos mediante la movilización de cuentas troll.
La IA en la precampaña madrileña
Es difícil determinar cuál fue el primer partido español en utilizar la IA en sus campañas. No obstante, su primer uso público tuvo lugar a finales de 2022 en la Asamblea de Madrid. Entonces, ante la huelga de la atención primaria en la sanidad madrileña, Javier Padilla, número dos de Más Madrid, se dirigió al Gobierno de Díaz Ayuso de la siguiente manera. “Sé que usted últimamente confía más en las pantallas que en lo que dice un ser humano, así que, como no quiere escuchar a los sanitarios, le he preguntado a una inteligencia artificial cómo resolver el conflicto”.
Esta misma semana, el portavoz de Vox replicaba esta performance en el Congreso de los Diputados para cuestionar a la ministra de Economía, Nadia Calviño. “Le he preguntado a ChatGPT cómo detectar si una ministra de economía manipula las estadísticas“, arrancaba aclarando Espinosa de los Monteros en sede parlamentaria.
Desde entonces, ha habido muchos más intentos por incorporar esta tecnología en la vida política nacional, aunque, de momento, la mayoría no pasan del chascarrillo. El pasado abril, los carmenistas Luis Cueto y Jose Manuel Calvo, escindidos de Más Madrid tras disputar el legado de Manuela Carmena, emplearon estas herramientas para diferenciarse del resto de candidatos a Cibeles. Por otro lado, un creciente número de ciudadanos usan estas herramientas para manifestar su apoyo creando retratos e imágenes de apoyo.
El uso de la IA en el terreno político en España, de momento, se limita a la creación de imágenes y vídeos, pero su potencial va mucho más allá. Con estas herramientas es posible analizar en segundos grandes bases de datos públicos y encontrar correlaciones para afinar las campañas electorales. ¿Qué están diciendo los usuarios de redes sociales en Alcobendas? ¿Y en Cornellà? ¿Qué campañas electorales se podrían crear para convencer a los votantes de izquierdas de Vallecas que hagan cambiar el signo de su papeleta? Especialistas en IA y científicos de datos ven en esta tecnología la posibilidad de crear otro Cambridge Analytica, para bien y para mal. ¿Ocurrirá?
El futuro (político) de la IA
Muchos miran a lo que está ocurriendo en EEUU con la IA generativa en el terreno político para entender qué nos puede deparar esta tecnología. Allí, la postulación del presidente Biden a su reelección en 2024 fue inmediatamente respondida por el trumpismo con un poderoso spot creado con inteligencia artificial. El vídeo propagandístico reflejaba con imágenes hiperrealistas las peores pesadillas del imaginario conservador: una incontenible crisis migratoria en la frontera de México, una crisis económica sin precedentes y un conflicto global a partir de la invasión China de Taiwán.
Hasta ahora, el planteamiento de los demócratas americanos se ha limitado a pedir la regulación inmediata del uso de estas herramientas generativas en propaganda política y electoral. Pero ¿se puede poner puertas al campo?
“Una imagen generada por IA no es una fotografía”, defienden a este diario los artistas del colectivo United Unknown, cuyas sátiras políticas de la realidad española usan estas tecnologías desde hace cuatro años. “Se han generado desde cero mediante un modelo de difusión y, en este sentido, son tan falsas como lo pueden ser un dibujo o una pintura, son solo representaciones”. Frenar los cambios que se avecinan con estas herramientas en todos los frentes, incluido el político, se antoja casi imposible. ¿Están preparados los partidos españoles para afrontar esa realidad?